Todos sabréis de ríos (o más bien tramos) donde casi siempre
tenéis buenas jornadas y sin complicaciones. Lo mismo de otros tramos donde el
río no regala nada y pese a las dificultades volvéis una y otra vez.
Pues aprovechando que este fin de semana nos acercamos al
pueblo de mi pareja en Huesca me permití el “lujo” de ir a uno de esos tramos
generosos y evitar la incertidumbre de las altas cumbres en este duro de mes de
agosto.
Me apetecía pescar a ninfa después de un año de poco usarlas
y de montar unos líos enormes cada vez que lo había intentado. Que mejor sitio
que ese donde las truchas son generosas y no te suelen complicar la vida (en
alguna ocasión también he hecho bolo en ese sitio, pero poquitas veces).
El tramo no ha defraudado y han ido saliendo truchas que me
han sorprendido por su fuerza y lucha.
Cuando no las ves parece que has clavado el tapón del río y luego viene
al otro lado una trucha de esas de 27 cm que te haces cruces de cómo ha
tirado. He vuelto a coger confianza con
las ninfas que falta me hacía.
Saludos y buena pesca a todos.
Es una gozada encontrarse con truchas fuertes, para mi no es una desilusión sacar una trucha más pequeña de lo que imaginaba por su fuerza, al revés.
ResponderEliminarSaludos y enhorabuena!
Tienes razón Mario. Hay que disfrutar de las truchas fuertes sea cual sea su tamaño, además quiere decir que gozan de salud. Un abrazo.
ResponderEliminarBravo Jose Antonio!!! tienes toda la razón, vale mas un pez fuerte aunque sea pequeño que uno grande y que al final salga como un zapato.
ResponderEliminarUn saludo!!!