Con la nostalgia de
días sin pescar, a uno se le remueven los pensamientos lejanos.
Recuerdo con gran
cariño aquella época en la que pescaba en muchas ocasiones acompañado por
aquellos amigos de la infancia. Aquellos con los que aprendimos a pescar, a
amar el río y a sacar nuestros primeros peces. Grandes días de pesca, no por
las capturas pero si por la compañía, momentos de risas, de anécdotas…
Antes veraneabamos
todos en el pueblo, estábamos largas temporadas allí y muchas tardes las
compartíamos en nuestro río.
Cada vez es más
difícil juntarnos y poder disfrutar de nuestra pasión, entre niños, trabajos y
que cada uno vive en una comunidad diferente, escasean esos días de compartir
afición y risas.
Esos días eran
diferentes, casi no pescábamos por que el uno adelanta al otro y el otro más
arriba y así sucesivamente… se nos acababa el río. Luego la vuelta a los coches
era infernal, caminatas largas de una hora…los vadeadores de neopreno a pleno
sol… pero todo aquello se echa de menos.
Cada uno con sus
maneras de pescar y sus manías difíciles de entender por los otros, pero todos
sacábamos algo del río y sobretodo disfrutábamos de nuestra pasión.
A ellos van estas líneas,
a Fernando, a Jesús, a Carlos y a Paco.
Un saludo a todos
ellos. Y a los que aún podéis pescar con vuestros compañeros disfrutar de ello
al máximo.