viernes, 18 de abril de 2014

GORDA

Nada más llegar al río y en unos de los primeros lances, en una corriente media que me suele dar siempre trucha he clavado un pintona preciosa de más de 30 centímetros. Mientras luchaba con esta intentando que no se descolgara por la corriente, de la otra orilla se ha movido una sombra que se ha acercado hasta la que estaba presa y se ha vuelto por su camino.

Tras cobrar la trucha, me he esperado 10 minutos de reloj a que se calmara el gallinero. Digo de reloj por que en estos casos es mejor mirar el reloj y prometerse a uno mismo que no vas a lanzar hasta que pase ese tiempo. Ese rato se hace eterno, con la tensión del momento y las ansias de que pase lo que tenga que pasar.


Una vez terminado el tiempo muerto he empezado a lanzar mis ninfas en esa postura donde se había refugiado la chafardera sombra. Tras el tercer pase de las ninfas he notado un parón en la linea, he clavado y... el cerebro ha exclamado; joder ya está. Tras carreras, cabezazos y tensiones he conseguido ensalabrar una preciosa trucha de unos 45 centímetros que no era un gran monstruo pero que de estas yo saco escasas en la temporada.


Luego el día ha sido más normal. Clavando una allí, revolcando otro por allá. Después de aquello en cada poza o agujero chulo la tensión era máxima, parecía que en cada uno de ellos iba a salir otra sombra, je como si pasará eso muy frecuentemente. Total nueve truchas y alguna más que se ha soltado en un fantástico día de pesca.

Ahora toca trabajar el resto de días de semana santa.

Feliz pesca a todos.

2 comentarios:

  1. Precioso lance José Antonio, ya podían ser así de completas todas las jornadas de pesca jeje

    Saludos!

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    1. Gracias Mario. Es una pena que lances así sean cada vez más escasos. Pero siempre está la esperanza de que se repitan parecidos. Saludos.

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