NUESTROS HILOS

En alguna ocasión había leído que si ponemos en lejía nuestras sedas y rayones cambian de color. Pues el otro día me decidí a hacer mis pinitos en alquimia.

Después de varios intentos e inventos conseguí que un rayón con un color no muy pescador se convirtiera en varios colores más que pescadores. Me explico, mi rayón preferido para montar es el Ray-Rayón (por su grosor y textura). El problema es que encontrar Rays con buenos tonos hoy en día es ciencia ficción. Encontrar alguno más feote si que es más que posible y tengo algunas bobinas de un verde oscuro vulgar.

Tras varios intentos os explicaré mi experiencia. Se cogen unos metros del hilo en cuestión y se enrollan en un porta hilos de plástico. Se hace una mezcla mitad agua y mitad lejía. Es mejor la lejía con detergente ya que es menos potente y se va comiendo el color más despacio, así nos da tiempo a sacarlo cuando nos guste el tono. Se introduce el hilo dentro de la mezcla y a esperar. Es increíble y sorprendente como va cambiando el tono y el color (sin tener nada que ver con el original). Según el tiempo que este va cambiando de color. Luego se aclara bien, se deja secar y listo.

Así con el susodicho Ray tras unos 5 minutos se convierte en un tabaco, luego a los 12 minutos en un fanta y a los 25 minutos en un fanta muy sugerente rozando a garbanzo.

Os dejo una foto con los diferentes colores conseguidos de un mismo hilo, solo cambiando el tiempo que ha estado en la mezcla. Por cierto he montado con él y a simple vista no pierde propiedades.